domingo, 8 de agosto de 2021

PALABRAS PARA EL BRINDIS EN EL DECIMOCUARTO CUMPLEAÑOS DE MI HIJA

 

Buenas tardes a todos.

Hoy festejamos el cumpleaños número catorce de Helena, y aunque el festejo cambió, insisto en mantener la tradición de decir unas palabras en el momento de la torta.

El festejo ya cambió el año pasado, en que dejamos de hacer la fiesta presencial y tuvimos que organizar un zoompleaños por las restricciones derivadas de la pandemia, y cambió de nuevo esta vez, para tener una reunión más reducida con sus compañeros, dejando para otro día la reunión familiar.

Este cambio también acompaña el cambio de etapa y de colegio de Helena, que terminó la primaria con un año casi completo de clases virtuales e ingresó ahora al secundario, con una presencialidad a los saltos.

Además cambió el colegio; ella no quiso seguir en la escuela donde hizo toda la primaria y donde todos (alumnos, padres, maestros y personal no docente) la conocían y prefirió pasar a otro lugar, más exigente en lo académico y, sobre todo, distinto. Se preparó para el examen y logró entrar al que elegimos, el Pío IX. Un establecimiento de los salesianos, congregación muy dedicada a la educación y a la juventud, donde esperamos que pueda desarrollarse bien, incluso en esta normalidad extraña.

Para ir a su nuevo colegio tuvo que aprender rápidamente (¡en dos semanas!) a moverse sola en colectivo, aunque sea para ese trayecto limitado, pero es que hasta el año pasado casi ni cruzaba la calle sola. La acompañamos los primeros días en el 26, y pronto memorizó el recorrido y las paradas; ahora se maneja bastante bien y se anima a salir más, sola o con compañeros.

Parece que se adaptó bien, al menos, viendo los informes de los profesores. También se pudo conectar con un grupo nuevo, con el que hicieron varias salidas.

Todo esto nos ha dado mucho orgullo por los logros y la independencia que consigue, y también mucho miedo. El miedo, que es lo que más ha marcado las experiencias de la Argentina desde que se declaró la pandemia y empezaron las medidas de aislamiento. Tenemos miedo de que se contagie, de que la asalten o la roben, de que la pise un auto, de que tome frío y se enferme o de que le caiga un meteorito. Los padres siempre tenemos miedo, y no vamos a ser la excepción.

Pero particularmente en esta época, no podemos dejarnos aconsejar por el temor, justamente porque ha sido lo predominante en los últimos tiempos, y porque es lo que menos necesitan los chicos ahora. Ya hay bastante miedo en circulación, y ellos están asomándose a la vida, empezando a tener experiencias por su cuenta, saliendo un poco del círculo de su familia… aunque nos preocupe, nos choque o nos moleste, es algo natural y necesario. Superar el miedo es imprescindible para poder explorar y conocer el mundo, este mundo inmenso que ahora se mostró frágil y se dio vuelta, y pasó a ser nuevo tanto para los adolescentes como para los mayores.

Por supuesto, superar el miedo tampoco quiere decir dejar de lado la precaución ni el pensamiento. Es más necesario que nunca pensar, analizar, evaluar y entender antes de actuar. Son tiempos de desinformación también y hay que tomar con cuidado cada mensaje que nos llega. Como siempre, la inteligencia, la paciencia y la conciencia serán nuestras mejores consejeras.

Para cerrar, entonces, este año los invito a brindar por la resiliencia, la adaptación, la exploración, el crecimiento y los descubrimientos de nuestros hijos. ¡Brindemos por la vida, por una vida sin miedo para nosotros y nuestros hijos!