viernes, 31 de julio de 2020

Palabras para el brindis del séptimo cumpleaños de mi hija

Buenas tardes a todos.

Una vez más tomo la palabra en el momento del brindis, continuando esta tradición que ya lleva siete años, tantos como mi hijita.

Los niños, sepan que van a aburrirse unos minutos. Que se acostumbren a aburrirse cuando los mayores hablan. Para eso son chicos: deben escuchar y aprender, y ver como el tiempo se les estira.. Los adultos tendrán respuestas más variadas, pero el que se aburra deberá disimular. Para eso son adultos: deben simular que escuchan y aprenden, mientras el tiempo se nos va cada vez más rápido.

Porque para los adultos, el tiempo se va comprimiendo, los años son cada vez más cortos, los meses pasan más rápido y los buenos momentos son cada vez más fugaces. Este “efecto relativista”, aunque no deja de ser subjetivo, está estudiado y comprobado. La percepción del tiempo se deforma con la edad.

Pero ya fue bastante de hablar del tiempo, y hablaré un poco del año que pasó con Helena. Este fue un año muy importante, un año de mucho orgullo y muchas preocupaciones. En este año, Helena empezó la primaria. Aunque sigue en el mismo colegio donde hizo los últimos años del nivel inicial, este comienzo de la primaria marca un enorme cambio. La primaria no trajo nuevos compañeros, pero sí nuevas obligaciones, útiles, libros... Hablando de libros, con la primaria aprendió a leer y escribir, es una de las cosas que nos dan mucho orgullo. Helena lee muy bien, puede leer imprenta mayúscula o minúscula con bastante soltura y la cursiva con alguna dificultad. Disfruta mucho de leer, incluso le lee cuentos a su grupo de muñecos, o lee sola sus cuentos favoritos, además de leer todos los carteles, hasta los que salen en la televisión. Esto, en una casa llena de libros como la nuestra, es un orgullo y una buena alternativa a la televisión y la computadora, los eternos compañeros de los niños de hoy.

Pero no sólo lee y escribe, también aprendió más inglés, más números y está empezando con las operaciones aritméticas básicas. También empieza a aprender a jugar hockey. Y, fuera del colegio, está en su segundo año de taller de pintura en madera, una actividad que eligió ella misma, en donde decoró unos cuantos adornos.

Le va muy bien en el colegio y también, además de la educación y los conocimientos que adquirió, aumentó su curiosidad. Ahora pregunta mucho más sobre las cosas que ve en la televisión o durante el día, le gusta mucho conversar. A tal punto, que suele repetir la misma pregunta una y otra vez para seguir la conversación (por supuesto, eso no funciona conmigo, que me limito a decirle que eso ya lo respondí).

Todo esto nos llena de orgullo. Pero dije que fue un año de orgullo y preocupaciones. ¿Qué preocupaciones, si en el colegio le va muy bien y está bien de salud? Bueno, no sé si escucharon la letra de la canción de apertura de la princesita Sofía, con la que entró. Aprovecho para recomendarles la serie, hemos visto todos los capítulos con Helena (varias veces) y la disfrutamos mucho. La canción habla un poco de todo eso que le pasa. “ A la escuela real ir a estudiar / un mundo encantado que conocer / emocionándose. / A descubrir / qué es la realeza con vivir / y sin cambiar, / mil aventuras encontrar “. Son muchas cosas, muchos cambios, bastante presión, muchas novedades, nuevas emociones, todo para experimentar.

Muchas veces oímos que “los chicos hoy, están taaaaan estimulados”. Nadie duda de la cantidad de estímulos que tienen. Pero ¿de qué calidad? Vemos cómo intenta encontrar su camino a tientas, en medio de un montón de cosas apenas conocidas y con la dudosa guía de un grupo de adultos que no son particularmente brillantes, no están particularmente dotados para la enseñanza y ni siquiera están dedicados a eso (me refiero a los padres y familiares, no a sus maestras). Vemos cómo trata de imitar cosas por un lado, que nos ve a nosotros o en la tele, y cómo trata de diferenciarse por otro lado, con gestos propios. La vemos lidiar con sentimientos que tampoco entiende bien para tratar de relacionarse con amigas y compañeros, o con nosotros mismos. Con nosotros, está llena de planteos, preguntas, llamados de atención y búsquedas de límites. Nosotros, por nuestro lado, tenemos expectativas, directivas y algunas respuestas. Todo esto es lo que nos genera preocupaciones, preocupaciones compartidas con muchos otros padres, incluso muchos de los que están acá.

Bueno, ya me extendí demasiado, espero que sepan disculpar el tiempo que ocupé y nuestra descarga emocional, pero este es el tipo de cosas que quiero compartir con ustedes cada año.

Para cerrar, los invito a que hagamos juntos un brindis, un brindis por la vida. Por una vida compartiendo emociones, orgullo e incluso preocupaciones. ¡Por la vida!





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