El domingo 28 de octubre nos reunimos para festejar el cumpleaños de la abuela Olga, mi abuela paterna, en su casa. Allí pudimos reencontrarnos con familiares que hace mucho no veíamos, como mi primo Pablito (ya es difícil decirle así, con más de treinta años), su esposa y la visita ilustre del tío abuelo Hellén, entre otros.
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